Esta es la pregunta que me he estado haciendo toda la semana. Y me la hago yo – una persona con convicciones espirituales (que no es lo mismo que decir religiosas, porque una cosa es fe y otra – bastante distinta - es religión). Y este hecho que definitivamente influye en la reflexión. Según sean nuestras creencias podemos pensar que vemos la mano y obra de “Dios” (o los dioses, o diosAs, lo que prefieras creer) a través de las personas y situaciones que nos llegan. Y así, nos unimos al grupo de personas que piensan que el azar NO existe.
También podemos pensar que somos los peones en un tablero de ajedrez celestial, un entretenimiento más en el Olimpo. Más o menos como lo dice la letra de “The winner takes it all”, de ABBA – no te rías - que viene al caso:
The gods may throw a dice
Their minds as cold as ice
And someone way down here
Loses someone dear
También podemos vernos como los trofeos en una lucha entre el bien y el mal (y entonces, más que destino, lo que entra en juego aquí es nuestra (in)capacidad de resistir tenetaciones y elegir el mejor de los caminos.
Y claro, queda decantarse por la opción más racional de todas: somos individuos independientes, dueños de nuestra vida y todo lo que nos sucede es producto de nuestra elección (muy racional, altamente humanista... pero...).
Y acá estoy. Aún sin respuestas. Navegado por la red encontré algunas cosas interesantes en las cuales pensar: Libre albedrío, Destino
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